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La imprenta: de los pioneros a la ruina de Gutenberg

POR QUÉ NACE LA IMPRENTA

Desde las primitivas cuevas donde nuestros antepasados inmortalizaron las pinturas rupestres hasta las pantallas actuales ha transcurrido nuestra propia historia como especie.

Y esto ha sucedido porque otras personas como nosotros han tenido la inquietud y la necesidad vital de contarla. Por eso, en todas las épocas hemos necesitado un objeto físico que funcionara como transmisor de la información y, de ahí, la ambición de hacer copias para transmitir esos contenidos a la mayor cantidad posible de lectores a la vez.

En Blauverd Impressors nos dedicamos, entre otras cosas, a eso, a imprimir múltiples copias en diversos formatos, gracias a nuestras tecnologías punteras, como son la máquina de impresión offset y la rotativa digital.

¿Pero cómo empezó todo?¿Quién fue la primera persona en la historia que hizo copias de un texto valiéndose de una máquina? ¿A quién se le ocurrió que quizá podría haber una forma más rápida de sacar copias que el tradicional método del texto manuscrito de los monjes amanuenses?

Probablemente, a todos nos viene a la mente un nombre universal: Gutenberg. De hecho, se ganó un lugar destacado en la historia como el inventor de la imprenta moderna de tipos móviles, allá por 1450. Pero lo cierto es que hubo culturas precursoras, como los romanos y los chinos, que también hicieron sus pinitos en el sector de Blauverd Impressors.

Se sabe que en el año 440 a. C. los romanos ya contaban con unos sellos que servían para imprimir inscripciones sobre un fondo de arcilla, donde dejaban constancia de algunas diligencias administrativas del día a día.

Por otra parte, no es de extrañar la condición de pioneros de los chinos, a tenor de la invención de la pólvora o el papel, entre otros ingenios.

Así, con objeto de transmitir las enseñanzas del budismo, en el año 1100 un señor llamado Bi Sheng inventó una primitiva imprenta de tipos móviles, un concepto muy similar al que utilizaría tres siglos más tarde el padre oficial del invento, el ya referido Johannes Gutenberg.

El sistema, no obstante, quedó relegado al olvido por su complejo funcionamiento y por las peculiaridades de la lengua china.

Así que, como hemos visto, muchos lo intentaron antes que Gutenberg.

Imagen de Freepik

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GUTENBERG: DE LA GRAN IDEA A LA RUINA

¿Y qué tal le fue en la vida al celebérrimo Gutenberg? ¿Cómo se inició en el mismo gremio al que también pertenece Blauverd Impressors?

Lo cierto es que, sin ánimo de defraudar las expectativas respecto a tan ilustre pionero, acabó desposeído de su invento y arruinado «como el otro gran pionero de la época, un tal Cristóbal Colón, quien, si bien no se arruinó como erróneamente se creía, sí que se le fueron requisados todos sus cargos».

Fruto de un gran talento innovador, llevó a la práctica su gran idea con aquello que tenía a mano: una vieja prensa de uva para hacer vino.

Sí, el prototipo de la imprenta moderna se construyó sobre la base de un antiguo armatoste hortofrutícola, un ejercicio de reciclaje a la antigua usanza. Así nació uno de los mayores inventos de la historia; quizá, por su faceta de transmisor de información, solo comparable «cada uno en su época» a la radio, la tele o Internet.

Y cumpliendo con el tópico de todo gran emprendedor, el padre de la imprenta no disponía de suficientes recursos propios —hablando en plata: no tenía un duro—, por lo que se vio obligado a recurrir a un socio capitalista.

El pagano en cuestión fue Johannes Fust, un curtido inversor que colocó a su yerno, Peter Schöffer, en el taller para controlar todo el proceso y, ya de paso, consiguió que aprendiera un oficio con una enorme proyección de futuro. Y realmente fue todo un éxito el invento, así que ¿por qué se arruinó Gutenberg si todo iba tan bien?

http://flickr.com/photo/10183029@N00/3631902258

The Gutenberg Bible [Bible, Latin Vulgate. Ca. 1455]. Biblia Latina. [Mainz: Johann Gutenberg, ca. 1455]. Rare Books Division. From the Lenox Library

LA BIBLIA: EL PRESTIGIO Y EL PURGATORIO

La que ha pasado a la posteridad como la Biblia de Gutenberg, desarrollada en su taller entre 1452 y 1455, fue uno de los primeros trabajos de la era de la imprenta moderna.

Se hicieron 180 ejemplares de la que también se conoció como Biblia de 42 líneas —esta era la estructura por cada página—, los cuales se venderían como churros en un mercado muy prometedor, aunque el padre intelectual no vería ningún beneficio.

Tan rotundo fue el éxito del proyecto que Gutenberg le solicitó una nueva ronda de financiación a su avalista para ordeñar la lucrativa vaca de la imprenta, puesto que se había quedado sin fondos en la caja. Pero el avispado Fust le cerró el grifo. Y no solo eso, además se las arregló para despedirlo del taller que había fundado y lo sustituyó por su yerno, quien, una vez aprendido el know how después de ser instruido durante años por el avezado impresor, le birló su negocio.

Es más, a pesar de que el texto ha sido reconocido como la Biblia de Gutenberg, ni siquiera la acabó editando él. Fue publicada en 1456 y no vio ni un céntimo. Es una situación parecida a la de uno de los grandes innovadores contemporáneos, Steve Jobs, salvo que a diferencia del fundador de Apple cuyo destino le brindó un retorno triunfal, Gutenberg no pudo resarcirse de su humillante despido.

A día de hoy, en Blauverd Impressors te asesoramos para ofrecerte el tipo de impresión que mejor se adapte a tus necesidades, porque para eso ponemos a tu disposición a nuestro experimentado equipo y la más avanzada tecnología del siglo XXI.

Pero las cosas eran diferentes en el siglo XV, ya que estaba todo por hacer.

Para entender mejor la innovación de Gutenberg, pongámosla en contexto.

Antes de su invento, los textos eran manuscritos copiados de su puño y letra por monjes en los conventos «prácticamente, los únicos que sabían escribir», y podían tardar incluso hasta diez años en tener listo un solo ejemplar. El nuevo tipo de imprenta, de hecho, tuvo una gran influencia en la rápida expansión de los libros de Lutero y, por tanto, en la Reforma Protestante.

En conclusión, Johannes Gutenberg, el creador de uno de los inventos más determinantes de la civilización, se quedó en la calle arruinado y humillado, aunque su figura se ha ganado a pulso un lugar reconocido en la historia, ya que es uno de los pocos inventores cuyo nombre suelen recordar los escolares de todas las generaciones.

En Blauverd Impressors queríamos recordar al padre de la criatura, aunque ahora disponemos de una imprenta cinco siglos más evolucionada, y lo mejor: la ponemos a tu disposición.

¿Hablamos? Puedes llamarnos al 96 258 08 27 o enviarnos un correo y te ayudaremos.

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